En el año 1935, la beata Sor Faustina tuvo la visión de un ángel enviado por Dios para castigar la tierra. Estremecida por esta señal de la ira divina, empezó a rezar pidiendo misericordia, pero sus oraciones eran ineficaces. De repente vio a la Santa Trinidad y sintió el poder de la gracia de Jesús dentro de su alma. Volvió a rogar a Dios por el mundo con las palabras que oyó dentro de ella:
Padre eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero (Diario, 476).
Mientras seguía repitiendo esta oración, vio como el poder del ángel disminuía hasta que no pudo llevar a cabo el castigo merecido (Diario, 474- 475).
Al día siguiente, cuando entró en la capilla, oyó de nuevo esta voz interior que le enseñó a rezar la oración que nuestro Señor más tarde llamó la «coronilla «. Desde entonces rezaba esta oración casi constantemente, ofreciéndola especialmente por los agonizantes.
En revelaciones posteriores, el Señor aclaró a Sor Faustina que la coronilla no era solamente para ella, sino para el mundo entero. Además, agregó promesas extraordinarias a su rezo.
Hija Mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado (Diario, 1541). Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte (Diario, 687). Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Pa-re y el alma agonizante no como el juez justo sino el Salvador misericordioso (Diario, 1541).
Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador mas empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia (Diario, 687). A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad (Diario, 1731).
Rezada en un rosario común, la coronilla a la Divina Misericordia es una oración de intercesión que extiende la ofrenda de la Eucaristía, por lo que es particularmente apropiado rezarla después de recibir la Santa Comunión en la Santa Misa. Se puede rezar a cualquier hora, pero nuestro Señor dijo a Sor Faustina que la rezara especialmente durante los nueve días antes de la Fiesta de la Misericordia (el primer domingo después de Pascua). Después agregó:
Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias (Diario, 796)
Así mismo, es apropiado rezar la coronilla diariamente durante «La hora de la gran misericordia», a las tres de la tarde (recordando la hora en que Jesús murió en la Cruz). En Sus revelaciones a la beata Sor Faustina, nuestro Señor pidió que se recordara de manera especial Su Pasión a esa hora.
El Señor Jesús lo pide
Jesús se le apareció a la religiosa polaca Santa María Faustina Kowalska (1905-1938) y le pidió dar a conocer la misericordia divina a través de tres medios:
a) La imagen con la inscripción “Jesús, en Ti confío”.
Dijo Jesús: "Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como mi gloria". (Diario #48).
"Deseo que haya una fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imágen que pintarás con pincel sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la pascua de la Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia". (Diario #49).
"Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercarse a mi. Me queman las llamas de la Misericordia, deseo derramarlas sobre las almas humanas.
La desconfianza de las almas desgarra mis entrañas. Aún más me duele la desconfianza de las almas elegidas; a pesar de mi amor inagotable, no confían en mi. Ni siquiera mi muerte ha sido suficiente para ellas. ¡Ay de las almas que abusen de ella!" (Diario #50).
b) La fiesta de la Divina Misericordia, el Segundo Domingo de la Misericordia (este año el 8 de abril).
Para poder recibir estos grandes dones, hay que cumplir las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia (Confiar en la bondad de Dios y amar activamente al prójimo), estar en el estado de gracia santificante (Después de confesarse) y recibir dignamente la Santa Comunión.
"No encontrará alma ninguna la justificación" - explicó Jesús - hasta que no se dirija con confianza a mi Misericordia y por eso el primer domingo después de la Pascua ha de ser la fiesta de la Misericordia. Ese día los sacerdotes deben hablar a las almas sobre mi Misericordia infinita."(Diario #570).
Dijo Jesús: "Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Las almas mueren a pesar de mi amarga pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la fiesta de mi Misericordia. Si no adoran mi Misericordia, morirán para siempre. Quién se acerque ese día a la fuente de vida, abiertas las entrañas de mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre aquellas almas que se acercan al manantial de mi Misericordia. Que ningún alma tenga miedo de acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata." (Diario #699).
c) La oración que Jesús le dictó: “Coronilla de la Divina Misericordia”.
El señor Jesús dictó esta oración a Sor Faustina entre el 13 y 14 de septiembre de 1935 en Vilna, como una oración para aplacar la ira divina.
Las personas que rezan esta coronilla ofrecen a Dios padre "El Cuerpo y Sangre, el Alma y la Divinidad" de Jesucristo como propiación por sus pecados, los pecados de sus familiares y los del mundo entero. Al unirse al sacrificio de Jesús, apelan a este amor con el que Dios Padre ama a su hijo y el a todas las personas.
Jesús dijo: "Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta Coronilla; las entrañas de Mi misericordia se enternecen por quienes rezan esta Coronilla" (Diario #848).
"Hasta el pecador más empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita...deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia" (Diario #687).
"Cuando la coronilla es rezada junto al agonizante" - dijo el señor Jesús - se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma....Por el rezo de esta coronilla, me acercas la humanidad" (Diario #811). "A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá de vida y especialmente a la hora de la muerte (Diario #754).
"Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte …
Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante, no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso." (Diario #1541).
"Quienes recen esta coronilla, me complazco en darles todo lo que me pidan (Diario #811), si lo que me pidan esté conforme con mi voluntad.(Diario #1731).
A las 3:00pm de la tarde. "En esa hora" - prometió Jesús - "Puedes obtener todo lo que pidas para ti o para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la Misericordia triunfó sobre la justicia."(Diario #1572).
Cómo rezar la Divina Misericordia
¡Oh Dios de gran misericordia! bondad infinita, hoy toda la humanidad clama, desde el abismo de su miseria, a Tu misericordia, a Tu compasión, oh Dios; y grita con la potente voz de la miseria. Dios indulgente, no rechaces la oración de los desterrados de esta tierra. Oh Señor, bondad inconcebible que conoces perfectamente nuestra miseria y sabes que por nuestras propias fuerzas no podemos ascender hasta Ti, Te imploramos, anticípanos Tu gracia y multiplica incesantemente Tu misericordia en nosotros para que cumplamos fielmente Tu santa voluntad a lo largo de nuestras vidas y a la hora de la muerte. Que la omnipotencia de Tu misericordia nos proteja de las flechas de los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza, como Tus hijos, esperemos Tu última venida, ese día que conoces sólo Tú. Y a pesar de toda nuestra miseria, esperamos recibir todo lo que Jesús nos ha prometido, porque Jesús es nuestra esperanza; a través de Su Corazón misericordioso, como a través de una puerta abierta, entramos en el cielo (Diario de Sor Faustina #1570).

1. La señal de la Cruz: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
2. Oración al principio (opcional):
Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros (Diario #1319).
Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío (Diario, 84). Primero se reza una vez el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo de los Apóstoles.
3. Padre Nuestro:
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea Tu nombre; venga a nosotros Tu reino; hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
4. Ave María:
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
5. Credo de los Apóstoles:
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
6. En las cuentas grandes antes de cada decena:
Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero (476).
7. En las 10 cuentas pequeñas de cada decena:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
8. Después de rezar las cinco decenas, la doxología final (tres veces):
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
9. Oración final (opcional):
Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentamos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos (Diario #950).
La Coronilla a la Divina Misericordia se reza con un rosario común.
Además de la Novena a la Divina Misericordia dictada por nuestro Señor a Santa Ma. Faustina para su uso personal, le reveló una oración poderosa que quería que todos rezaran: la Coronilla a la Divina Misericordia. La Hermana Faustina la recitaba casi constantemente, y de manera especial por los agonizantes. Nuestro Señor le insistió en que alentara a los demás a hacer lo mismo, prometiendo gracias extraordinarias para quienes recitaran esta oración especial.
Esta Coronilla, puede rezarse a cualquier hora, pero nuestro Señor pidió específicamente que se recitara en forma de novena, de manera especial, durante los nueve días anteriores a la Fiesta de la Misericordia. Hizo esta promesa: Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias (Diario, 796).